Minecraft: un mundo a tu gusto

¡Hola, amigos!
Mi nombre es Scott y voy a hablaros sobre el maravilloso mundo de Minecraft. Un juego donde puedes crear tu propio mundo tanto de forma individual como con amigos (recomiendo el segundo, ya que al explorar cuevas y mazmorras puede ser algo peligroso).
Hay distintos modos de juego: el normal, en el que tienes un número de corazones de vida y que, cuando mueres, reapareces en el respawn que se te haya guardado; el creativo, donde tienes todos los materiales a tu disposición, no puedes morir (está diseñado para aquellos que quieran construir sus maravillas arquitectónicas); y el extremo, donde tienes una única vida, es decir, cuando mueres empiezas de cero.
Lo típico es elegir el modo normal, así que… hablemos del modo normal. Al principio, empiezas sin nada en mitad de un mundo listo para reconstruir. Debes empezar consiguiendo madera (destrozando árboles con tus puños) y construyendo una mesa de crafteo. Esta mesa es muy importante, ya que con ella puedes construir objetos como espadas, arcos, armaduras, etc que te serán de utilidad para cuando te enfrentes a los distintos monstruos que encontrarás en tu camino.

Con el modo creativo las maravillas que se te presentan son casi infinitas. Los límites los pone tu propia imaginación. Construir desde las Torres Gemelas, pasando por el Big Ben o La Sagrada Familia está al alcance de tus manos (con un poquito de paciencia). En este modo también se pueden crear juegos tales como una versión de Los Juegos del Hambre o pruebas diversas como carreras de obstáculos y demás.
Es importante decir que Minecraft tiene como una minihistoria, además de una alta personalización de tu mundo. La historia acaba venciendo a un dragón, pero para llegar hasta él, primero debes saber dónde se esconde. En el modo creativo no tiene mucho sentido (las criaturas hostiles no intentan atacarte, por lo que el dragón tampoco), por ello se recomienda para el modo normal (y el extremo quien se atreva).
Para llegar hasta la mazmorra del Portal del Fin (portal donde se encuentra el dragón) debes haber conseguido una buena cantidad de ojos de Endermans (criaturas negras, larguiruchas que transportan cubos aleatoriamente. Solo se pueden eliminar con ataques cuerpo a cuerpo y te atacarán si los miras fijamente o si empiezas a atacarlos tú primero). Los ojos de Enderman deben lanzarse al aire, donde te indicarán una dirección a seguir. Según cómo se haya creado el mapa, la mazmorra puede quedarte a dos pasos o estar al otro lado del mundo, por lo que debes ser precavido.

Ahora solo nos queda hablar del Nether, un lugar que otra gente conoce como Infierno. Si ya os habíais acostumbrado a los bichejos de la superficie, ¡agarráos porque vienen curvas! En el inframundo hay hombres-cerdo zombi (no te atacan a no ser que les ataques tú primero), blazes (criaturas brillantes con muy mala leche), ghasps (como los creapers pero voladores), etc. En el Nether hay fortalezas donde puedes encontrar material que no hay en ninguno de los biomas normales (hay cubos que brillan, piedra que no cesa de arder, cuarzo, etc). ¡Pero mucho cuidado! Habéis llegado al Infierno a través de un portal y a través de un portal debéis de salir. Si por alguna casualidad se os rompe en el inframundo (y no tenéis mechero / material para construir otro) os podéis quedar atrapados en el Nether para siempre. Así que mucho ojo con esas cosas.
Y esto es todo por ahora. ¡Nos veremos en mi próxima review!