Retro Review Mass Effect: Andrómeda - Parte III
Los Kett representan una amenaza inmediata para la estabilidad de la iniciativa, como también lo es la miasma, cosa que no controlan los Kett, sino que es una suerte de enemigo o ente silencio que representa otro de los tantos problemas. A esto le añadimos que cada vez que abordamos un nuevo planeta se nos presentan no solo nuevas misiones principales, si no que debemos terraformarlo para que sea habitable o al menos físicamente tolerables, aquí entran en juego otra raza y otra tecnología. Los relictos, cuyo entendimiento escapa de la gran mayoría de los habitantes originales de Andrómeda, pero que curiosamente gracias a nuestra simbiosis con la IA SAM, podemos comprender y controlar. La tecnología relicta es en cierta forma muy avanzada como la de los segadores en el Mass Effect original, pero guarda un enfoque y final distinto. Al entender y manipular esta tecnología, el Pionero comienza a dar forma a los planetas, a terraformarlos y volverlos habitables, a colonizarlos. De esta forma cada vez que abordamos un nuevo planeta tendremos a nuestra disposición una variedad innumerable de misiones secundarias y otras principales.
El primer planeta que visitamos nos sirve de tutorial jugable secundario para entender cómo funciona la mecánica, pero no te engañes, este gran planeta representa una gran cantidad de horas de juego, intrigas, tramas y enrevesadas historias. Para llegar a este planeta se nos otorga el control directo de la “Tempest” que vendría a ser la versión de la Normandia del Mass Effec Andrómeda, además de eso contaremos con un vehiculo terrestre de exploración llamado “Nomad ND1” que nada que tiene que ver con el Mako, para empezar, es mucho más controlable y mucho más divertido manejarlo, además de ser en extremo necesario para recorrer los planetas. Con estas herramientas también se nos unen los primeros compañeros adicionales y los que conformaran el pelotón y unidad de Ryder, algunos controlables y otros no. Todos a bordo de la Tempest que se convierte en tu nuevo hogar y centro de operaciones. A medida que avanzamos vamos conociendo otros planetas y vamos adentrándonos en la trama, conocemos mejor a nuestro enemigo y conocemos a nuevos amigos, una nueva raza originaria de Andrómeda: Los Angaras.
Los Angaras se os presentan como una sociedad pacifica de entrada, que busca sobrevivir a la hostilidad de la galaxia, la miasma y a la de sus enemigos los Kett. Esta raza con características de electrolisis, algo diferente a la biótica, más bilógico. En un principio son reacios a una amistad con la iniciativa Andrómeda, pero poco a poco se van acostumbrado a nuestra presencia y más cuando comenzamos a ayudarles. Nos piden diversos favores y nos dan distintas misiones, para ello se nos une de sus soldados, un Angara llamado Jaal. Que la verdad es un personaje bastante carismático y muy bueno. Antes de eso ya contábamos con Liam y Kora, dos humanos, una Biótica y uno combatiente. Mientras que antes de salir del Nexus se nos une una mujer Turiana bastante simpática llamada Vetra y en el primer planeta que llegamos, Eos, se nos une una investigadora Asari llamada Pee Bee. Más tarde en este mismo lugar se nos une un guerrero Krogan llamado Drack. En conjunto todos forman el pelotón que desembarca en las misiones de exploración y combate. Mientras que en la nave otros personajes no jugables pero parte del equipo permanecen, como la doctora Lexi, los pilotos Suvi y Kallo, el ingeniero Gil. Todos tienen algo que aportar, tienen sentimientos y numerosas conversaciones.