Retroreview Warcraft III: Reign of Chaos - Parte II
Cada facción como imaginaras, tiene una campaña que consta de 10 capítulos. Comenzamos con un prólogo que sirve como tutorial de mano de los orcos. Luego continuamos en las campañas principales, primero con los humanos, después con los muertos vivientes, después con los orcos y finalmente terminamos con los elfos de la noche. Olvídate de lo que pueda parecer o de los clichés. Cada campaña de cada una de las facciones, tiene suficiente contenido, historia e incluso ambigüedad moral como para cuestionarte en ciertos momentos si el héroe que controlas es del todo bueno o malo. Claro podríamos pensar erróneamente que los malos son los muertos y los orcos. Pero en realidad, solo son un poco… ¿incomprendidos? Todos sabemos que los humanos tampoco son trigo limpio. La mayoría de las misiones de la campaña son las típicas de los RTS. Construir un puesto de avanzada y destruir el de los enemigos. Mientras a su vez realizas las misiones secundarias del mapeado. Sin embargo, existen misiones en donde prima la exploración y te sientes como un juego de rol. Controlando al héroe y unas pocas unidades, sin preocuparte por estructuras. Deberás explorar mazmorras, ayudar amigos, derrotar enemigos, conseguir llaves, abrir puertas, resolver puzzles, etc. Todo esto le agrega ese algo y ese toque tan único que tiene el juego y que en alguna ocasión ya habíamos visto en Starcraft (de la misma compañía). Además, en cada mapeado podremos encontrar diversas estructuras únicas, neutrales e indestructibles que sirven de tiendas, fuentes de vida, de mana o incluso emplazamientos donde contratar mercenarios e incluso podremos comprar unidades de transporte como Zeppelins Goblins.
La historia en sí mismo nos mete en el papel de cada una de las facciones, cada una con sus propios intereses. La legión de fuego quiere invadir Azeroth una vez más y todos están peligro. No quiero fusilarte la historia de la campaña por si nunca la has jugado. Solo decir que, cada uno aportara un grano de arena en la defensa o caída de Azeroth de una forma o de otra. Pues como he dicho, todo depende de los intereses de cada facción, pero más importante de los héroes que controlamos en ese momento. Desde un indeciso e intrépido Arthas a un Noble y valeroso Thrall. La historia se desarrolla de tal manera entre cada capítulo y cada campaña que se complementa en un todo y he decir que la historia en sí misma es muy buena y no tiene perdida. El argumento es grandioso y te mantendrá de principio a fin en ascuas, los desenlaces de cada campaña y los giros argumentales son esplendidos, creando ese momento de intriga y clímax.
Los gráficos en sí mismo son una gozada, quizá a ti no te lo parezca hoy en día, pero en nuestra época era lo mejor de lo mejor. Mapas coloridos, vistosos y brillantes con gran cantidad de detalles. Unidades bellamente diseñadas, desde el modelado 3D hasta los retratos en movimiento que le dan una personalidad abrumadora a cada tipo de unidad. Esto aunado al apartado sonoro que es francamente impresionante. La música que acompaña cada mapeado y a cada facción son memorables. El trabajo de actuación de voz para cada héroe, y cada tipo de unidad es por mucho lo mejor del juego. Puesto que cada unidad tiene una voz particular y mucho que decir. Hoy en día aún recuerdo algunas de las frases más celebres, no solo de los personajes principales si no de las unidades más ordinarias. Esto gracias también al increíble trabajo de doblaje al español que es sin lugar a dudas y según mi opinión uno de los mejores que he visto desde Starcraft y Age of Mithology. En cuanto RTS se refiere. La interfaz es de las mejores que he visto, los menús de selección con modelos animados son muy buenos y las escenas de video, no tienen perdida. Los efectos especiales como la magia, explosiones, disparos, lanzamientos de flechas y demás. Están perfectamente cohesionadas en cuanto a nivel gráfico y sonoro se refiere. Puedes decir: oye eso ha sido una explosión, o eso suena como un algo comiéndose algo… Pero, recordar hoy en día una melodía del juego, te hace pensar en lo importante e impactante que fue en su día. Para mi gusto recuerdo con aprensión la melodía de las bases de los elfos de la noche, en una sola palabra: espectacular.
En conclusión, Warcraft 3: Reign of Chaos es un juego gratamente sorprendente, muy bien pulido y hecho con especial detalle y mimo. La presentación del juego incluso en el artwork de la caja habla por sí mismo y llama a la curiosidad. Un excelente juego digno para los seguidores de los juegos de estrategia en tiempo real con una mezcla de rol, fantasía y ficción. En una historia épica de magia, dragones, demonios, elfos, bosques milenarios y secretos de legendarios. Con un gran apartado gráfico, una excepcional banda sonora, un exquisito trabajo de voz y un espléndido doblaje al castellano. Con una gran cantidad de horas de juego que disfrutar. Muy recomendado junto su expansión que detallare como bien merece en un artículo posterior. Puedes conseguir esta versión clásica en la tienda de Blizzard y no tiene perdida incluso jugarla a la espera de la remasterización. 100% recomendada.