Review Sekiro Shadows Twice - Parte I
From Software ha dado mucho de qué hablar estos últimos años, no es un secreto, que tras el éxito cosechado en el innovador Demon`s Souls y tras marcar una época con Dark Souls, la compañía no ha hecho sino crecer en calidad y popularidad. Sin embargo, y esto es poco conocido. La compañía viene gestando joyitas en el mundo de los videojuegos desde antes del comienzo de la saga Souls; juegos como King's Field, una joya por mucho olvidada, ya bebía de las conocidas mecánicas “Souls” a lo largo de los años, éxito tras éxito. Nos han deleitado con grandes videojuegos, innovando a cada paso. Primero con Bloodborne, cuyas mecánicas de combate cambiaban radicalmente el de la saga Souls, para ser más frenético y ofensivo. Si bien cambio también el lore, para dar paso a una atmosfera gótica y sobrecogedora, los asimilábamos a ambos bastante bien. Sin embargo, ahora From Software sin miedo y tapujos, ha dado un gran paso, reescribiendo todo lo conocemos y ofreciéndonos un mundo alternativo basado en un Japón mítico, donde la atmosfera oscura se trasfigura en un entorno oriental, pero no por ello menos adictivo y mucho menos, de menor dificultad. En esta ocasión vamos a hablar de Sekiro: Shadows Die Twice. En una review que me he tomado tiempo en hacerla, pues quería hacerlo con todo el mimo que se merece, tras estudiar, y catar el juego personalmente. (Esos momentos felices donde uno desaparece de la vida pública por días frente al pc).
Sekiro: Shadows Die Twice, es un videojuego de acción, rol y aventura, se podría clasificar más bien como un ARPG; desarrollado por From Software y distribuido por Activision, el juego fue lanzado al mercado de forma oficial el 22 de marzo del 2019 para PC, Play Station 4 y Xbox One. Es bastante evidente el hecho de que From Software ha basado su aventura Shinobi bebiendo o extrayendo parte de su esencia de la saga Soulsborne. Sin embargo, esta nueva creación, también es una nueva experiencia de acción, dificultad y ambientación. Si bien es cierto, que muchas mecánicas se parecen o son muy similares. Otras no lo son tanto y es ahí donde se innova tanto en Sekiro. La acción es más “sigilosa” un tanto más enfocada o condicionada, pero que mantiene esa dificultad tan propia de la casa. En un principio todo parece muy tranquilo, a medida que vas avanzando y tras endiñar la espada en el cuerpo de numerosos enemigos a la par que de su cuerpo salen el típico torrente de sangre, y en Sekiro veras mucha sangre, te das cuenta de que la experiencia en sí misma es exigente, la nueva fórmula se transfigura en un estilo de combate más libre, más frenético, pero a la vez más controlado. Así mismo, las fantásticas luchas contra jefes, las habilidades con la espada, con la prótesis, las grandes y extensas áreas, los numerosos secretos. Todo esto se conjuga en un sentimiento de aprecio y asombro por un viaje épico de cara al personaje y de grandes habilidades y paciencia de cara al jugador, que exige el juego para dominarlo.
No es una sorpresa pues, para cualquier veterano y conocedor de la saga Souls, que la paciencia es una virtud, el combate resultara familiar, pues basado en la sincronización exacta de ataques, añadido a las típicas barras de salud o estamina (aquí llamada postura), de igual forma, los niveles, una delicia visual para los ojos, magistralmente diseñados, se interconectan, ascienden, descienden y se extienden en todo su esplendor, revelando los típicos atajos y formando el universo en donde jugamos. En ellos se revela nuestras pequeñas áreas de descanso, donde nos reabastecemos de vida, una función equivalente a las hogueras de Dark Souls, aquí llamados “Ídolo del Escultor” En donde podremos descansar, recuperar vida, rellenas nuestra fuente de salud, aquí llamadas calabazas, el equivalente de los frascos estus, así mismo, descansar en el ídolo, reestablece los enemigos ya aniquilados, a su vez que podremos acceder a la progresión del personaje, aumentar estadísticas e inclusive teletransportarnos entre ellos.